lunes, 15 de diciembre de 2008

la mesita de noche


Todo esto me tiene muy preocupada, tanto que no duermo, mi trabajo sufre, no soy la de siempre. No puedo creer que el dolor pueda excitarme, que el sexo con Rafael me pueda gustar - un hombre así, tan distinto a los jóvenes de siempre. Y esas cosas que le gustan tanto - que no las hace una "mujer decente". Dice que tengo el ano chico - que es mejor el sexo anal, sobre todo con fuerza, y mete sus dedos y me estira y estira y me saltan las lágrimas, pero dejo que me lo haga. No entiendo porque, solo sé que quiero mas, mas. Pero el quiere penetrarme analmente conmigo sentada encima, y eso no lo puedo hacer, no por el dolor sino porque se que está mal - intuición, quizás - una chica no debería estar encima del hombre. El hombre tiene que mandar. Y Rafael se enfada y me tira boca abajo y me penetra violentamente y cuanto mas fuerte empuja, mas quiero. Se levante y se va y me deja allí, boca abajo en mi cama llorando, no por el dolor sino porque me gustó el dolor y no lo entiendo.

Pero es durante las semanas que paso con Rafael que voy a visitar a mi madre en Londres durante unos días. Ella aun no esta enferma y sigue trabajando. Tiene un amigo ahora que duerme muchas noches en mi casa. No me gusta. Supongo que algunos dirían que soy celosa, que esta suplantando a mi padre, que no quiero que mi madre .... fin. Pero no es eso. Ella es viuda desde hace mucho tiempo y es una mujer joven, guapa y encantadora. Y porque no va a tener una vida sentimental, sexual? Solo que hay algo en el que no me gusta. Es celoso. Si algún hombre mira a mi madre, aunque ella no se da cuenta, el le da un pellizco. Tiene el brazo lleno de cardenales. Yo se lo dije, pero dice que no pasa nada.

Y un día, que esta ella trabajando, no encuentro mechero ara encender mi cigarrillo y busco por toda la casa. Mi madre fuma mucho también y tiene que haber uno por allí, quizás en su mesita de noche. Si que había uno, encima de una copia de la Historia de O y tres correas finas de cuero.